miércoles, 9 de noviembre de 2011

¿MERECE LA PENA SER MAESTRA?

¿Ser maestro vale la pena?
Quizás muchos maestros no se pregunten por qué vale la pena ser maestro, sino simplemente están presentes, ejercen. Lo común, es que un maestro enseñe y esa su valía. Pensaba que nadie se plantearía esta cuestión y mi sorpresa ha sido en que distintas voces confluyeron en un punto: “vale la pena ser maestro por amor. Vale la pena por el hecho de entregarse y dar, por las caritas sonrientes, por el abrazo lleno de ternura, por la cara de asombro ante lo nuevo que le enseñas, por el dibujito realizado con cariño, por el ‘te quiero seño’.

En los relatos que estos maestros ofrecen de sí, la tarea docente cobra sentido por “ amor a los niños”.
Cuando uno enseña está mostrando un modo de pensarse a sí mismo y de pensar el mundo.
Enseñar es hacer señas, dar pistas, poner en camino invitando a extender los límites de la vida.
Haciendo señas desde un sitio desconocido, al que vale la pena visitar.
Entonces sí, vale la pena!

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